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¿Cómo afectan nuestros hábitos alimenticios a la probabilidad de concebir?

Alimentación y fertilidad: ¿Cómo afectan nuestros hábitos alimenticios a la probabilidad de concebir?

La probabilidad de concebir de una pareja joven sana en el primer mes, se sitúa en torno al 25%. Al final del primer año, alrededor del 85% de las parejas logran un éxito; el 15% restante se diagnostica con infertilidad.

La infertilidad tiene muchas causas conocidas como problemas en la ovulación, trompas obstruidas, bajo recuento de espermatozoides, etc., y muchos otros factores que disminuyen la posibilidad de embarazo como la edad avanzada o la baja reserva ovárica, entre otros. Aunque algunos de estos factores no pueden modificarse, otros, como el peso corporal y los hábitos de vida, son modificables.

Los pacientes, frecuentemente, solicitan orientación sobre la dieta ideal para aumentar su probabilidad de éxito y llevar a término un embarazo. Una revisión reciente resume la literatura disponible sobre los beneficios reproductivos de las dietas y los suplementos dietéticos, revisando los beneficios potenciales del consumo de ciertos micronutrientes, macronutrientes y patrones dietéticos. De esta revisión podemos extraer las siguientes conclusiones:

Ácido fólico: El ácido fólico es importante para la producción de células germinales y el embarazo. La dosis diaria recomendada para prevenir defectos del tubo neural es de 400-800 µg. Las mujeres que toman multivitaminas que contienen ácido fólico tienen menos probabilidades de ser anovulatorias, y se reduce el tiempo para lograr un embarazo.

Vitamina D: La vitamina D puede afectar la fertilidad a través de los receptores que se encuentran en los ovarios y el endometrio. Un nivel extremadamente bajo de vitamina D (<20 ng / ml) se asocia con un mayor riesgo de riesgo de aborto espontáneo. Algunos informes sugieren que las mujeres con niveles adecuados de vitamina D (> 30 ng / ml) tienen más probabilidades de concebir después del tratamiento de reproducción asistida en comparación con aquellas cuyos niveles de vitamina D son insuficientes (20-30 ng / ml), o deficientes (<20 ng / mL). Estos hallazgos, sin embargo, no son concluyentes.

Los hidratos de carbono: Los carbohidratos de la dieta afectan la homeostasis de la glucosa y la sensibilidad a la insulina y, por estos mecanismos, pueden afectar a la reproducción. El impacto es más pronunciado entre las mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP). En mujeres con SOP, la reducción de la carga glucémica mejora la sensibilidad a la insulina y la función ovulatoria. Los granos integrales tienen efectos antioxidantes y también mejoran la sensibilidad a la insulina, lo que influye positivamente en la reproducción.

Suplementos omega-3: Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 reducen el riesgo de endometriosis. El aumento de los niveles de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 se asocia con mayores tasas de embarazo clínico y nacidos vivos.

Proteínas y lácteos: Algunos informes sugieren que la ingesta de proteínas  lácteas disminuye la reserva ovárica. Otros informes sugieren mejores resultados de las técnicas de reproducción asistida con una mayor ingesta de lácteos. Sin embargo, la carne, el pescado y los productos lácteos también pueden servir como vehículos para la contaminación ambiental que puede afectar negativamente al embrión. Por otro lado, se ha demostrado que el pescado ejerce efectos positivos sobre la fertilidad.

Enfoque dietético: En general, se recomienda una dieta mediterránea (alta ingesta de frutas, verduras, pescado, pollo y aceite de oliva) entre las mujeres diagnosticadas con infertilidad.

En líneas generales, se recomienda a las mujeres que estén intentando lograr un embarazo seguir una dieta equilibrada, rica en verduras y frutas, que proporcione todos los nutrientes necesarios. Es muy común la ingesta de suplementos de vitaminas, minerales y micronutrientes; sin embargo, estos suplementos no deben reemplazar las fuentes alimenticias naturales de vitaminas y oligoelementos.

Por otra parte, recordamos la importancia de evitar el consumo de sustancias potencialmente dañinas para el embarazo como el alcohol, el tabaco o la cafeína.

Además, se recomienda la realización de ejercicio para mantener un peso adecuado y evitar el sobrepeso y la obesidad. Las mujeres obesas tienen menos probabilidades de concebir y mayor probabilidad de sufrir complicaciones en el embarazo.

Desafortunadamente, hay muy pocos estudios disponibles para guiarnos en nuestras recomendaciones a los pacientes. La mayor parte de la literatura disponible se basa en datos retrospectivos. Por lo tanto, se necesitan urgentemente estudios prospectivos y aleatorizados para estudiar la asociación entre la nutrición y la fertilidad, así como las influencias de la dieta en los resultados del embarazo.

Este texto está basado en el artículo original de Peter Kovacs «Food and Fertility: What Should Women Consume When Trying to Conceive?» – Medscape – Dec 06, 2018.

En este otro post del blog compartimos con vosotros seis consejos basados en investigaciones médicas para mejorar nuestra dieta: ¿Qué podemos hacer para que nuestra alimentación sea sana y equilibrada?

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