En los últimos años se ha incrementado notablemente la información que se publica sobre dietas y nutrición. Muchos de estos canales de información no son oficiales ni están respaldados por ninguna institución médica, lo que hace que en internet encontremos multitud de dietas que no solo no van a permitir lograr el resultado deseado sino que, además, pueden ser perjudiciales para nuestra salud.
Lo que a estas alturas todos deberíamos saber es que la nutrición juega un papel fundamental en la salud humana. ¿Qué podemos hacer para que nuestra alimentación sea sana y equilibrada? Compartimos con vosotros seis consejos basados en investigaciones médicas para mejorar nuestra dieta:
1. Siempre que podamos debemos elegir alimentos en sus formas naturales, puesto que son los que más saciedad producen y mayor valor nutricional aportan.
Disponemos de una amplia variedad de verduras, frutas y semillas, con diferentes texturas y colores. Hacer que este tipo de alimentos sea protagonista de nuestra dieta marca la salud a largo plazo y la longevidad.
2. Debemos evitar o minimizar al máximo los alimentos procesados. Los alimentos y bebidas procesados, tales como bocadillos envasados, carnes ahumadas, harina blanca y alimentos y bebidas azucaradas, deben ser evitados. En lugar de eso, tendríamos que apostar por preparar nuestras propias comidas.
3. Si va a realizar una dieta, debe hacerlo bajo la supervisión de un especialista para asegurarse de que su alimentación sea sana y equilibrada y sus objetivos realistas. La mayoría de las dietas que circulan por internet son demasiado restrictivas, y eso hace que fallen por la imposibilidad de seguirla a largo plazo; en algunos casos estas dietas funcionan momentáneamente, pero la pérdida rápida de peso suele conducir al temido efecto yo-yo.
La dieta más exitosa es aquella que el paciente puede seguir, con una pérdida de peso controlada que se traduce en un mantenimiento del peso deseado.
En líneas generales, deberíamos seguir las siguientes pautas:
– Aumentar la ingesta de verduras, frutas y agua.
– Consumir alimentos ricos en fibre y alimentos integrales.
– Disminuir la ingesta de azúcar.
– Asegurarnos de consumir suficientemente proteínas y grasas saludables.
Una regla útil es dividir el plato: mitad de verduras, una cuarta parte de proteína magra y un cuarto de carbohidratos complejos de alta fibra, más una porción de grasa saludable.
4. En nuestra dieta debemos incorporar el consumo de aceites beneficiosos para la salud del corazón que encontraremos en el pescado, la oliva y el aguacate. Otras grasas saludables incluyen aceite de oliva, aceite de aguacate, aceite de canola, aceite de nuez, aceite de linaza y aceite de semilla de chia.
5. Minimizar el consumo de carne roja. A pesar de que es una fuente de proteínas y grasas, la carne roja está vinculada a un aumento de los riesgos de cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares, enfermedades que disminuyen la longevidad.
6. Consumir probióticos y fibra para la salud gastrointestinal y general. La probiótica contiene microorganismos que confieren beneficio gastrointestinal. Se encuentran comúnmente en yogur, kéfir, alimentos y bebidas fermentados sin pasteurizar. También se pueden tomar en forma de suplemento.
Desde Inebir, recomendamos a todas nuestras pacientes que cuiden su nutrición y mantengan una dieta sana y equilibrada, manteniéndose en un peso saludable. Si tenéis alguna duda sobre nutrición y fertilidad, o cómo la dieta y el peso afectan a la hora de lograr una gestación, podéis escribir vuestras consultas en nuestro encuentro digital sobre obesidad y, el próximo 15 de noviembre, el Dr. Navarro responderá a todas las cuestiones planteadas.
*Información extraída de Medscape. Artículo original: Naveed Saleh, MD, MS; Reviewer: Renee Simon, MS, CDN, CNS. DISCLOSURES June 29, 2017
